ETIOLOGÍA
Varias investigaciones sobre factores etiológicos han permitido identificar variables asociadas con el trastorno de bulimia nerviosa, tanto a un nivel neurobiológico como psicosocial, como dieta restrictiva, factores familiares (Graber y cols. 1994; Pike y Rodin, 1998; Wade y cols. 2000; Humphrey, 1989), alteraciones emocionales, déficit en autoestima, hábitos alimenticios, entre otros; actualmente no se ha establecido claramente la direccionalidad en dichas relaciones ni tampoco se han determinado los procesos psicológicos básicos que determinan los factores causales. Una de las formulaciones más ampliamente aceptadas sobre el origen de la bulimia, planteada por el Grupo de Investigación de Oxford (Marcus y Fairburn, 1993), establece una secuencia en la cual un bajo nivel de autoestima lleva a una preocupación excesiva por el peso, generando dietas restrictivas, desequilibrio metabólico y episodios de atracones; éstos provocan conductas compensatorias, como vómito autoinducido, el cual finalmente cierra el círculo contribuyendo al déficit en autoestima. Sin embargo, no están claramente determinados ni se han investigado empíricamente los procesos psicológicos que llevan inicialmente al déficit en autoestima. Por otra parte, hay datos investigativos y clínicos que señalan que, al igual que ocurre en otros trastornos de comportamiento, la bulimia es el resultado de la interacción de múltiples causas y de la participación de diversos procesos que, a pesar de resultar en las mismas manifestaciones, obedecen a causas diferentes, es decir, la bulimia no es un fenómeno unitario; personas que sufren del mismo trastorno pueden constituir subgrupos funcionalmente diferentes que responden de forma distinta a la intervención (Stice y Agras, 1999). No obstante, los estudios que pretenden identificar diversos subtipos se han basado en variables clínicas o factorial mente derivadas, pero no han abordado los procesos psicológicos que a su vez podrían determinar dichas variables, de las cuales pueden derivar subtipos de bulimia, para dar paso a establecer modelos de tratamiento a través de los cuales se incremente la efectividad de los mismos y la disminución de la problemática que aqueja en aumento a la población actual. El DSM-IV plantea dos subtipos: el restrictivo y el purgativo para la bulimia nerviosa; pero estos subtipos no obedecen a una clasificación basada en factores psicológicos que puedan facilitar una clasificación más amplia que aborde un proceso de intervención enfocado a las variables que interactúan dentro de este trastorno.
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